lunes, 10 de noviembre de 2014

Los siete saberes necesarios para la educación del futuro"

 Trabajo elaborado para la UNESCO por Edgar Morín como contribución a la reflexión internacional sobre cómo educar para un futuro sostenible.

           Dentro del proyecto transdisciplinario de la UNESCO "Educación para un Futuro Sostenible", se invitó al autor a expresar sus propuestas. En el Prefacio el director general de la UNESCO, Federico Mayor, señala que cuando miramos hacia el futuro, vemos con incertidumbre lo que será el mundo de nuestros hijos, pero al menos de algo podemos estar seguros: si queremos que la Tierra pueda satisfacer las necesidades de los seres humanos, entonces la sociedad humana deberá transformarse. Debemos, por consiguiente, trabajar para construir un futuro viable

   La democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía con nuestro entorno natural deben ser las palabras clave de este mundo en devenir. La educación es la fuerza del futuro porque constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio. Debemos reformular nuestras políticas y programas educativos, pensar de nuevo la educación en términos de durabilidad, reorientar la educación hacia el desarrollo sostenible.

En el Prólogo, Edgar Morín afirma que el texto pretende esencialmente exponer problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados y que son necesarios para enseñar en el Siglo XXI. Para el autor, hay siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura, y que trata en los siete capítulos que contiene el libro:

Capítulo I: Las cegueras del conocimiento: El error y la ilusión. Se afirma que es muy deficiente el hecho de que la educación, que es la que tiende a comunicar los conocimientos, permanezca ciega ante lo que es el conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión y no se preocupe en absoluto por hacer conocer lo que es conocer.

En efecto, el conocimiento no se puede considerar como una herramienta "ready made" que se puede utilizar sin examinar su naturaleza. El conocimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad primera que sirva de preparación para afrontar riesgos permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente humana. Se trata de armar cada mente en el combate vital para la lucidez.

Es necesario introducir y desarrollar en la educación y el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto síquicas como culturales que permitan arriesgar el error o la ilusión. La educación debe entonces dedicarse a la identificación de los orígenes de errores, de ilusiones y cegueras.

Capítulo II: Los principios de un conocimiento pertinente. Aquí, se parte de la premisa de que existe un problema capital aún desconocido: La necesidad de promover un conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los conocimientos parciales y locales. La supremacía de un conocimiento fragmentado, según la disciplina, impide a menudo operar el vínculo entre las partes y las totalidades y debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades y sus conjuntos.

Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y todo en un mundo complejo.

Capítulo III: Enseñar la condición humana. En esta parte, el autor establece que el ser humano es a la vez físico, biológico, síquico, cultural, social e histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser humano. Hay que restaurarla de manera que cada uno, desde donde esté, tome conocimiento y conciencia al mismo tiempo de su identidad compleja y de su identidad común a todos los demás humanos. Así, la condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación.

Este capítulo indica como a partir de las disciplinas actuales, es posible reconocer la unidad y la complejidad humanas, reuniendo y organizando conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, en las ciencias humanas, la literatura, la filosofía, mostrando así la unión indisoluble entre la unidad y la diversidad de todo lo que es humano.

Capítulo IV: Enseñar la identidad terrenal. Argumenta Edgar Morín que en lo sucesivo, el destino planetario del género humano será otra realidad fundamental ignorada por la educación. El conocimiento de los desarrollos de la era planetaria que se están incrementando en el presente siglo y el reconocimiento de la identidad terrenal que será cada vez más indispensable para cada uno y para todos, deben convertirse en uno de los mayores objetos de la educación.

Es pertinente enseñar la historia de la era planetaria que comienza con la comunicación de todos los continentes en el siglo XVI mostrando cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del mundo sin que por ello ocultemos las opresiones que han asolado a la humanidad y que aún no han desaparecido.

Se señala la complejidad de la crisis planetaria que enmarca el siglo XXI, mostrando que todos los humanos, confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, viven en una misma comunidad de destino.

Capítulo V: Enfrentar las incertidumbres. Las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han revelado innumerables campos de incertidumbre. Se propone que la educación debería comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas.

Se tendrían que enseñar principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza. Es imperativo que todos los que tienen la responsabilidad de la educación estén a la vanguardia con la incertidumbre de nuestros tiempos.

Capítulo VI: Enseñar la comprensión. En esta parte, el autor Edgar Morín señala que la comprensión es, al mismo tiempo, medio y fin de la comunicación humana. Ahora bien, la educación para la comprensión -argumenta- está ausente de nuestras enseñanzas. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Teniendo en cuenta la importancia de la educación para la comprensión en todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma de las mentalidades. Y se concluye que tal debe ser la tarea para la educación del futuro.

La necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos, conocer las causas de los racismos, las xenofobias y los desprecios. Constituiría al mismo tiempo, una de las bases más seguras para la educación por la paz, a la cual estamos ligados por esencia y vocación.

Capítulo VII: La ética del género humano. Edgar Morín escribe que la ética no se puede enseñar con lecciones de moral, sino formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad y parte de una especie. Llevamos en cada uno de nosotros esta triple realidad. De igual manera, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana.

De ahí, el autor esboza las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio: Establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La educación no sólo debe contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino también permitir que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la ciudadanía terrena.

sábado, 25 de octubre de 2014

Generación N, ¿Quiénes son?

Ramón F. Ferreiro, Ph.D
Profesor y director para la América Latina
Nova Southeasterrn University, USA

El interés por el estudio de los grupos humanos es tan antiguo como la ciencia misma. En tal sentido durante el Siglo XX la psicología social, la demografía y la sociología entre otras disciplinas contribuyeron con significativos aportes. Hoy día a tenor de   condiciones sociales de vida muchas de esas contribuciones son retomadas por investigadores de estas ciencias y de otras   mercadotecnias, la comunicación y la pedagogía para conocer a los y lo que es más importante aún contribuir a su mejor comprensión.

Uno de los conceptos centrales de los estudios sobre grupos es el de generación ligada siempre a algún acontecimiento trascendente que transformaciones notorias en los integrantes de los grupos y de éste en su totalidad. Este contexto de ideas varios autores emplean el concepto de como el conjunto de personas que comparten características peculiares dado uno o varios criterios y que hacen que los miembros del grupo exhiban ‘comportamientos similares”. Por ejemplo un acontecimiento tan importante como fue la Segunda Guerra Mundial concluida en 1945 provocó en Estados Unidos de explosión demográfica y cambios económicos, políticos y sociales que signaron por así decirlo a los niño/as que nacieron en el período post guerra.

La ciencia del momento calificó de generación Baby Boomer a todos que nacían, se educaban y desarrollaban en esa época y que de manera notoria mostraban una manera de comportarse que lo definían como generación. En tal sentido el surgimiento de la televisión en aquel momento la tecnología más poderosa en la historia los marcaba a todos como generación y la sociedad cambiaba al influjo de la misma.

Los límites o fechas de inicio y terminación de una generación varían de acuerdo al especialista que se consulta, no obstante con esta generación en particular hay consenso que la de los Baby Boomer abarca a todos aquellos nacidos y que se han formado entre los años 1946 y 1964.

Otro ejemplo referido a los estudios realizados sobre los grupos humanos desde esta perspectiva es la Generación X. La bonanza económica de los años sesentas, los movimientos sociales de los
países del tercer Mundo, la guerra de Vietnam, entre otros factores hacen aparecer según los estudiosos de los movimientos y comportamientos grupales fundamentalmente en Estados Unidos y Canadá una generación perfectamente identificable: la Generación X
.
En tal sentido contribuyó la publicación y éxito de una novela delcanadiense Douglas Coupland que acuño” el término X para referirse a ese grupo de personas nacidas y formadas a partir de mediados de la década de los sesentas del Siglo XX en un contexto social yeconómico distinto al de sus padres y con perspectivas de vida también diferentes.

Por supuesto que la denominación de “X” por Coupland a esta generación no fue arbitraria, respondió intencionalmente a las peculiaridades de comportamiento de la misma, desconcertantes a veces, inexplicables otras, pero siempre diferente a los cánones establecidos socialmente por los babies boomers.

Los últimos años de los ochentas y la década de los noventa fue escenario de un acontecimiento que si bien se esperaba no obstante sorprende a todos por la rapidez con que se introduce prácticamente en todos los ámbitos de la vida de la sociedad contemporánea. Nos referimos a las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) cuya irrupción provoca cambios tan drásticos y en unidades de tiempo tan breves que llega a muchos a plantearse que más que una época de cambios empezamos a vivir un cambio de época, una nueva época social.

Nicolás Negroponte comenta en su libro Ser digital que como el acero en el siglo XIX y la electricidad en el XX, la revolución digital regulará la política, la economía y la sociedad del siglo XXI; se alterará nuestra forma de aprender, de trabajar, de divertirnos... toda nuestra forma de vida.
 Lo anterior “coincide” y se refuerza con tendencias como la de la globalización o mundalización como se sugiere que se diga ennuestro idioma, dado un incremento sustancial del comercio internacional y el intercambio cultural, la creciente comunicación e interdependencia entre los diferentes países del globo terráqueo.

Entre algunos de los antecedentes están los aportes de Theodore Levitt que entre otras reflexiones contribuye con la palabra “globalización” que aparece por primera vez en 1985, en su libro "The Globalization of Markets" para hacer mención a las transformaciones que venía sufriendo la economía internacional desde mediados de la década de los sesenta y que se preveía se incrementaría.

Esta tendencia a la mundalización continua in creciendo y parte de las razones son las condiciones que las TICs propician para la comunicación y el intercambio sin fronteras, espacio, ni tiempo.
En este entorno económico, social y cultural nace, crece, y se educa una generación sin duda alguna influida por la presencia cada vez mayor de las tecnologías de la información y de las comunicaciones y de la relación entre ambas: la telemática, responsable en gran    medida de un cambio de percepción de la realidad ante todo y fundamentalmente entre los miembros de este grupo de personas en pleno desarrollo. Y de todas las TICs sin duda la computadora y el internet se presentan como las emblemáticas del momento.

La generación Net considera a la televisión unidireccional como efectivamente lo es, que no permite tomar parte en las decisiones de su programación y el contenido. La generación Net da un salto cualitativo al pasar de simple espectadores a usuarios con grandes posibilidades de ¡resolver, establecer relaciones, llevar a cabo proyectos conjuntos no obstante la distancia y el tiempo.

Distintos nombres para una generación
Don Tapscott reconocido escritor y conferencista estadounidense, especializado en temas de mercados y de la influencia de las TICs en ellos así como en la vida social, se refiere desde los primeros años de la década de los noventa a una nueva generación e identifica con la letra “N” de la palabra en inglés: net, en abierta alusión a la presencia e influencia de las redes propiciadas por el empleo de la computadora y el internet.

Diana G. Oblinger y James L. Oblinger, editores de una recién y documentada compilación de estudios sobre el tema entre otros también se refieren a la Generación N al igual que D.Taspcott.
Pero otros interesados en el grupo de niño/as, adolescente y joven que nacidos a partir de los ochentas bajo la influencia del nuevo “orden” impuestos por las TICs y que acuden hoy a las instituciones educativas desde el pre escolar hasta la universidad, prefieren reconocerlos con otros nombres: generación milenio, nintendo, o bien digital. Por ejemplo Alex Serge Vieux los identifica como Generación DIG en referencia a “digital immediate gratification”, mientras que otros hablan sobre la generación Milenio, o Nintendo en referencia en el primer caso por supuesto a que constituyen la primera generación del presente milenio, y en el segundo al empleo del video juego de la compañía japonesa del mismo nombre, y que polariza la atención y el modo de entretenerse y pasar el tiempo libre de los niños y adolescentes hoy día a nivel mundial.

Otros autores prefieren referirse a generación TIC haciendo referencia a la repercusión de las tecnologías en su proceso de crecimiento y formación. Ahora bien todos consideran a la actual generación como un grupo muy diversos de niño/as, adolescente y joven, en contacto directo y casi permanente con las TICs lo que provoca una influencia muy trascendente en su vida.
Contexto social y cultural
Lo cierto es que las tecnologías de la información y de las comunicaciones conocidas de modo abreviadas como TICs, son la parte visible por decirlo de un iceberg que influye y constituye conjuntamente con otros factores el contexto social y cultural en que se desenvuelven los miembros de esta generación.
Pero es imprescindible tener presente que el entorno se caracteriza además de la mundialización ya mencionada, por procesos de democratización, por intensos movimientos migratorios y una diversidad y multiculturalismo que hace de esta nueva época un periodo de la historia de la humanidad con eventos y procesos que retan a todos los miembros de la sociedad por los cambios constantes es cierto como en otras épocas pero que ocurren muy rápidos, en unidades de tiempo tan breves que todavía no nos hemos adaptado y/o trasformado por uno de ellos cuando otro lo sustituye parcial o totalmente y nos plantea cambios en nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos.

Peculiaridades de la generación net

Si algo caracteriza a los miembros de esta generación es sin duda que son tecnofílicos. Siente una atracción a veces sin medida por todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, por conocerlas, emplearlas, poseerlas. Los Nets perciben que con las TICs es posible la satisfacción de sus necesidades de entretenimiento y diversión, comunicación, información y por qué no lo sería posible también de formación.

Las TICs son parte de nuestra vida y la generación net se considera “dueña” de ellas por coincidir en el tiempo su crecimiento con el de estas tecnologías. Para algunos especialistas estamos frente a la primera generación que domina las TICs.

Los Nets poseen una asombrosa capacidad de adaptación en toda actividad que implica el empleo de las TICs en general y en particular la computadora y el internet. Y relacionado con ello la capacidad para enfrentar problemas y resolverlos a partir de una habilidad que llama la atención hasta de los más distraídos para la comunicación interactiva y simbólica, independientemente de tener o no la capacidad de intercambiar información verbalmente con otras personas, todo ello por el lenguaje de signos propios de la programación cibernética que permite un entendimiento común.

Probablemente como consecuencia de lo anterior la generación net se caracteriza por un desbordante “apetito por lo nuevo”. Por supuesto lo nuevo es tal y tiene que ver con las TICs que los lleva en el sentido amplio de la palabra a ser consumistas ya no tan solo de las nuevas tecnologías, sino también de todo aquello que contribuye a ser parte de la generación como ropa, comida rápida, utensilios de uso personal, etc.

En una relación probablemente de causa – efecto por lo planteado anteriormente la generación Net se muestra abierto al cambio, no tan solo en cuanto a consumir nuevas y recientes tecnologías, sino también a nuevos comportamientos y relaciones sociales, a modos de percibir la vida desde otra perspectiva sin o con nuevos prejuicios morales. Dada la naturaleza integrativa, visual, auditiva y kinestética de las TICs en general y de la computadora e internet en particular y de sus múltiples aplicaciones los miembros de esta generación son predominantemente activos, visuales, propensos al intercambio y emprendedores mediante el empleo de las TICs.

La fórmula generacional parece ser: “con la computadora y el Internet todo, sin ello prácticamente nada”, así de fácil o complejo resulta la atención y satisfacción de las necesidades de aprendizaje y crecimiento de esta generación. Los Nets quieren aprender por vías no tradicionales y siempre con el empleo de nuevas tecnologías.
El nivel de decodificación visual o iconográfica de los miembros de la  generación Net es sin duda alguna mayor que en generaciones anteriores, lo que lo hacen rechazar a veces sin total conciencia los modos tradicionales de exposición, solución de problemas, toma de Decisiones de la vida misma y por supuesto aquellos que enfrentan en los procesos de educación formal y preferir modos de actuación en donde las TICs.

Los miembros de la generación Net se caracterizan por procesos de atención con márgenes muy amplios. Atienden de modo simultáneo a la tarea que realiza, escuchan música, mantienen y trabajan con  varias ventanas al unísono, atienden el teléfono, responden a una pregunta que se le hace en ese momento. En fin posee una capacidad de atención bien distinta a la de generaciones anteriores caracterizada más por la profundidad que por su abarque en contenidos diversos.

Lo anterior posee una peculiar implicación pedagógica: imposible mantenerlos atentos en un salón de clase tradicional, con un maestro sentado exponiendo un contenido que pueden perfectamente consultar en el internet, mientras que a su vez intercambian con otros, localizan otras fuentes, pueden elaborar mapas o visualizaciones, en fin estar activamente participando en la construcción de su conocimiento.

El empleo de las TICs, en particular la computadora y el internet, es condición y fuente del desarrollo de un conjunto de habilidades del pensamiento que si lo sabemos potencializar hará posible que los miembros de esta generación posean un nivel de pensamiento por el desarrollo de funciones y procesos psíquicos como lo hemos aspirado y en poca medida logrado mediante métodos tradicionales.

El empleo de la computadora y el internet propicia la actividad independiente, la observación, la exploración y la búsqueda, la comparación, el ordenamiento y la clasificación, la toma de decisiones, en fin el procesamiento de la información y con el toda serie de operaciones mentales como el análisis y la síntesis, y la abstracción y la generalización. Pero la computadora y el internet no tan solo propician la actividad independiente, también la actividad con otros en tiempo real (sincrónica) y en tiempo diferido (asincrónica) lo que facilita el trabajo en equipo cooperativo, las relaciones sociales con otros para aprender.

El empleo de la máquina puede desarrollar un deseo por competir en ese medio que llama la atención y que se debe contrarrestar pedagógicamente con actividades dirigidas que implique el trabajo en equipo cooperativo para el desarrollo de proyectos comunes.

Todo lo anterior es solo una virtud potencial de las nuevas tecnologías que debemos saber aprovechar concientemente con diseños didácticos que “exploten” esas extraordinarias posibilidades y el interés de los Nets por trabajar con la máquina. Si por una parte la escuela tradicional de métodos expositivos y disposición de los alumnos en clase de modo frontal no favorece las relaciones sociales; y por la otra los miembros de la generación Net se enfrascan horas en sus intereses más personales que escolares en el internet, el desarrollo de las habilidades sociales se ve restringido y corren el riesgo de tener un nivel muy bajo de inteligencia emocional.

La causa de todo
Un conjunto de factores condicionan y determinan la forma de ser de la generación N. El primero de todo sin duda: las TICs y su influencia en la forma de pensar, sentir y hacer las cosas y con ello la estimulación que provoca en la persona en crecimiento.

Salta a la vista la estimulación a la que están expuestos. De varios tipos y naturaleza. De modo directo e indirecto.

Si la generación Baby boomer tenía un solo canal de televisión y probablemente una o dos marcas de sodas y un estreno cinematográfico semanal por mencionar un ejemplo, la generación Net tiene a su alcance prácticamente para todo un sin número de opciones y alternativas a su alcance.

Probablemente por lo anterior y por otros factores el desarrollo humano se ha acelerado. Se ha incrementado el ritmo de los procesos de crecimiento de los niños y jóvenes, existiendo un significativo aumento de algunos de los indicadores más sensibles del desarrollo en las nuevas generaciones. Por ejemplo, los niveles de madurez intelectual para aprender a leer y escribir. Esta celeridad en el desarrollo humano se debe a múltiples factores, algunos socioeconómicos, otros ambientales, un tercer grupo relacionado con factores alimentarios, demás de aquellos que tienen que ver con los procesos migratorios. Todo lo anterior ha sido puesto en evidencia en numerosas investigaciones experimentales y se evidencia entre otras cosas en la aptitud de la generación de hoy en día ante el uso de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, que le son propias como generación.

Algunas ideas al cierre.

La diversidad humana no es tan solo biológica sino también bioquímica, psicológica y social, así como genotípica y fenotípica. Los estudios científicos demuestran cuán variable somos los miembros de la sociedad humana. De lo que se trata pues es de hacer posible con la ayuda de la ciencia, la integración de todos a la sociedad lograr la trascendencia de todos y cada uno de nosotros. De hacer real la posibilidad del desarrollo de las extraordinarias potencialidades que todos poseemos en las distintas áreas del desarrollo humano.

La generación Net es una generación distinta, como todas la han sido en su momento, pero con extraordinarias potencialidades y posibilidades precisamente por el momento histórico que le corresponde vivir. Constituye el por ciento mayoritario en términos estadísticos y demográficos de la sociedad contemporánea. Por ejemplo solo en los Estados Unidos de Norteamérica son algo más 88 millones, mucho más de lo que en su tiempo fue la Baby Boomer. Constituyen a su vez un reto a nivel social general, en los procesos de democratización, comercio y mercado, entretenimiento y diversión, y por supuesto para las instituciones históricamente dedicadas a la formación de las nuevas generaciones.

Bibliografía

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Coupland D. (1991) Generation X: Tales for accelerated culture.Shompoo Planet.
Ferreiro, R. (2000) Nuevos ambientes de aprendizaje. INPUT. No.21, Barcelona. pp. 72 – 74.
Gros, B. (Coord)., (2004) Pantallas, juegos y educación. La alfabetización digital en la escuela. Bilbao. Desclée.
Howe, N., W. Strauss and R. J. Matson (2003) Millennials Rising: The next great generation
Howe N. and W. Strauss (1992) Generations: the history of America’s future. Perennial. New York.
ICDE. (1997)
The Las Nuevas Funciones de la Escuela Que Mira Al Futuro. ¿Qué Se Le Debe Exigir A La Escuela Del Nuevo Milenio? Bruño, España.
Negroponte, N. (1996) Ser digital. Océano. México Oblinger, D. (Editors) (2005) Educating the Net generation. Educase.e-Book.
Reggini, H.C. (2005) El futuro no es más lo que era. La tecnología y la gente en tiempos de internet. Editorial de la Universidad católica Argentina., Buenos Aires.
Tapscott, D. (1998) Growing up digital: The rise of the Net generation. McGraw-Hill, New York.
Tirado Morueta, R., (2004) Los Entornos Virtuales de Aprendizaje: Bases para una didáctica del conocimiento. España., Grupo Editorial Universitario.
Salinas, J. (2000) El rol del profesorado en el mundo digital. En: Del Carmen, L. (Ed.) Simposio sobre la formación inicial de los profesionales de la educación. España., Universidad de Girona.
Segovia O., F. (Ed.) (2003) El Aula Inteligente. Nuevas Perspectivas. Espasa Calpe, Madrid, España.


jueves, 23 de octubre de 2014

Cuatro generaciones de trabajadores

¿Puede relacionarlos? http://manuelgross.bligoo.com/content/view/187849/Personal-Mix-Sexagenarios-Baby-Boomers-Generacion-X-Generacion-Y.html
(4 Generations of Workers - Can You Relate? 

La fuerza de trabajo actual es una mezcla de diversas generaciones que vienen cada una con su historia colectiva y sistema de valores. Para una organización grande es importante el entendimiento de sus particulares perspectivas porque es probable que estarán trabajando lado a lado. La Profesora Cristina Simón, del Instituto de Empresa, Madrid, en suestudio "Generation Y and the Labor Market: Models for HR Management" encontró diferencias en los valores generacionales. Cristina obervó a cuatro generaciones de trabajadores, analizó sus valores y sugirió las maneras para que los negocios obtengan el trabajo de la gente. 

Cuatro Generaciones y sus Valores

Trabajadores tradicionales (nacidos antes de 1946, sobre los 60). Valoran la lealtad y la disciplina. Estos trabajadores tienden arespetar la autoridad. Ellos han cumplido en gran cantidad y han contribuido al éxito bajo los sistemas jerárquicos del pasado. Aparecidos durante el tiempo de guerra y el período post bélico, se adaptaron a un ambiente de escasez, valorando la austeridad. Las metas sociales de paz y prosperidad nacional son importantes para este grupo. Como regla, ellos son pragmáticos y disciplinados. 

Baby Boomers (1946-1960, de 40 tardíos y más). Esperan el éxito. Esta es la gente que maneja hoy día las mayores corporaciones. Ellos inventaron el "trabajólico", o al menos un gran cantidad de ellos sufren de sus efectos. Los baby boomers crearon un fuerte cambio social incluyendo el movimiento hippie el feminismo y los derechos civiles. Son optimistas y auto motivados. Las actuales jerarquías gerenciales  están dominadas por los Boomers y los más antiguos de la Generación X. Conjuntamente, ellos definen las culturas corporativas y el éxito dentro de ellas. 

Generación X (1961-1979, treintones y cuarentones). Tienen laventaja del mejor entrenamiento académico y experiencia internacionalen la historia. Ellos están rompiendo con los patrones tradicionales, incluyendo la creación de ambientes de trabajo informales y transformando las estructuras corporativas desde jerárquicas a entidades flexibles y horizontales. La iniciativa personal y una saludable dosis de excepticismo frente a las grandes organizaciones han producido gran cantidad de emprendedores de esta generación. Un valor clave de la Generación X es el logro de un equilibrio entre las metas profesionales y la calidad de vida. 

Generación Y (comenzando desde 1980, de menos de 30). Han vivido su entera vida con la tecnología de la información y han tenido una dura época comprendiendo un mundo sin ella. La niñéz fue confortable y próspera. Tienden más hacia las necesidades individuales por sobre el bien de la comunidad y a menudo demandan un alto nivel de autonomía. Lo que parece una carencia de lealtad de la Generación Y se reemplaza por el valor que ellos ponen en sus relaciones con compañeros de trabajo y con supervisores. 

¿Qué clase de conflictos generacionales encuentra usted en el trabajo?

 Generación X
Trayectoria laboral de personas que tuvieron un Atari...
¿Sabe lo que es un Atari? ¿Se descostilla de risa con la serieFriends? ¿Una de las películas de su infancia fue ET? Si respondió afirmativamente, usted es un auténtico miembro de lageneración X, una generación marcada por el fin de la fe en las instituciones...
Por Paula Molinari

Nacidos entre el 1964 y 1980, hijos de los últimos tradicionalistas y de los 
Boomers, los Generación X son pocos.

Es una generación criada a la sombra de la hiperactividad de los Boomers, que observa el idealismo de sus padres defraudado por los efectos de la globalización.

La generación X crece ya en un mundo online las 24 horas: el 
teléfono celular, el cable e Internet.

Es una época de ruptura de grandes paradigmas: la caída del Muro de Berlín, la explosión del Challenger, los ataques terroristas en las Olimpíadas de Munich, el suicidio en masa de Jonestown, el asesinato de John Lennon, los despidos masivos de los '80 y las crisis   económicas.

Se crían en un mundo violento y conviven con las drogas y el SIDA.

Así, la 
mentalidad idealista de los Boomers se transforma en un profundo escepticismo entre los X.

Ellos no tienen héroes. Todos los referentes de la generación son buenos y malos al mismo tiempo: Bill Clinton, Madonna, Michael Jackson, 
Bill Gates, Maradona, los Simpsons...

¿En qué creen? En ellos mismos. Son los "Just do it" de Nike.

Así, las principales características de esta generación en relación con el mundo del trabajo son:

1) Individualistas

Los miembros de la generación X no creen en las empresas, ni en sus promesas y desconfían de sus 
jefes.

Sólo confían en sí mismos y enfatizan el auto-desarrollo. No toleran los tiempos de las organizaciones y aspiran a que éstas se muevan con sus tiempos.

2) Búsqueda de un balance entre vida personal y laboral

En oposición a los Boomers, que "
vivieron para trabajar", los X "trabajan para vivir".

Ellos se niegan a pagar el alto costo de no dedicar tiempo a la familia ni a los amigos.

Por lo tanto, frente a una propuesta laboral que pueda deteriorar este
balance, buscan inmediatamente la compensación (¿cuánto hay?).

3) Tienen una nueva concepción del espacio y tiempo

Los X son orientados a resultados y no los relacionan con el tiempo de permanencia en el trabajo. Para ellos, trabajar no es estar en la empresa sino lograr los objetivos.

Por lo tanto, no toleran la "reunionitis" y la política corporativa, ya que las ven como una pérdida de tiempo privado.

4) Valoran la informalidad en la vestimenta y en el trato. Buscan estar cómodos y ser ellos mismos.

5) Los X buscan una relación informal, transparente y directa con la autoridad.

Valoran a los jefes profesionales y que obtienen resultados. Aborrecen los contextos que marcan la distancia entre niveles jerárquicos y la
burocracia.

6) Buscan desafíos continuamente, nuevas experiencias para aprender y aumentar su principal activo (ellos mismos).



Tienen terror al estancamiento. Así, buscan un "feedback" continuo y valoran a los jefes con la capacidad de transmitir conocimientos yaconsejar.

7) Por su orientación a los resultados, valoran los contextos con una adecuada estructura de premios y castigos. Se mueven bien en las meritocracias.

Ahora bien, si usted trabaja con miembros de la generación X, tenga en cuenta los siguientes consejos: 

1)
 Valore su talento y experiencia. Hágales saber que usted puede aprender de ellos

2) Cuando hable con ellos, vaya rápido al punto

3) Evite las 
reuniones y comuníquese con ellos a través de la tecnología

4)
 No malgaste su tiempo. Minimice las interrupciones, las frivolidades y elimine las actividades mal organizadas

5)
 Bríndeles la mayor autonomía posible

6) Comprenda su necesidad de balance laboral-familiar

7) Aliente un contexto de trabajo abierto e informal. Use la lógica y el análisis en lugar del poder y la autoridad

Paula Molinari
Directora de 
WHALECOM, consultora especializada en desarrollo y procesos de cambio.
La generación integrada por los nacidos entre fines de los 70 y principios de los 90 empezaron a ingresar al mercado laboral y, como era de esperarse, trabajan de manera diferente. 


Por Don Tapscott


La generación integrada por los nacidos entre fines de los 70 y principios de los 90 empezó a ingresar al mercado laboral y, como era de esperarse, trabajan de manera diferente. 

Sanjiv tiene 26 años. Es un programador de Blue Ocean Networks, una pequeña compañía que desarrolla sistemas de software para redes de grandes organizaciones. A pesar de que le gustaba su anterior empleo en una empresa que diseña sistemas de reservas de pasajes aéreos, decidió sumarse a las filas deBlue Ocean porque le ofrecía un horario laboral flexible. Prefiere trabajar de noche y, durante el día, ir al gimnasio y trabajar como voluntario en un comedor comunitario local. 

Sanjiv es un típico miembro de la llamada ?Generación Net? (Gen-N), criado, educado y socializado en un mundo de 
comunicaciones digitales. Una generación integrada por jóvenes nacidos entre fines de los años ?70 y principios de los ?90, los primeros que se ?han bañado en bits?, diferentes de sus padres en la manera de jugar, aprender, comunicarse, disfrutar del tiempo y hasta pensar. Ya empezaron a ingresar al mercado laboral y, como era de prever, también trabajan de manera diferente. 

Para atraer, retener y comprometer a esos empleados en un ambiente cada día más competitivo, las empresas deben entenderlos y aprender a tratarlos. En principio, 
detectar si alguien como Sanjiv perjudica o ayuda a la organización. ¿Su jefe debería considerarlo un personaje peligroso o un colaborador con espíritu emprendedor? La manera de relacionarse con empleados que tienen su misma edad es crucial, dado que algunos serán los líderes del futuro. 

Sin embargo, un departamento que pueda aprovechar los rasgos innatos de la Gen-N, alentará la innovación. La compañía no sólo atraerá empleados con un alto potencial; además, los cambios implementados darán nueva forma al ambiente laboral, beneficiando a nuevos y antiguos empleados por igual. 

Metáforas de la Gen-N

Para ilustrar esos atributos ?en realidad, normas que guían el comportamiento de los jóvenes?, nada mejor que retomar los escenarios de ficción que tienen como protagonista a Sanjiv, y vincular cada uno de ellos a las tecnologías con las que se formó la Gen-N. 

Velocidad.

Una buena metáfora de la velocidad que distingue a los integrantes de la Gen-N es la mensajería instantánea (IM). La posibilidad de  ?chatear? en tiempo real con una base de datos de contactos de todo el mundo estandarizó la comunicación rápida.

Para una generación acostumbrada al flujo acelerado de la información, los largos procesos de trabajo adoptados por la generación anterior son detestables. Y, en este sentido, el protocolo es un gran desafío, en especial porque limita el acceso de las nuevas ideas provenientes de niveles inferiores de la compañía. Además, frustra las expectativas de una comunicación directa, de par a par, por email o IM, que tiene la Gen-N. 

Debido a ello, es fundamental que las compañías encuentren el equilibrio entre velocidad y protocolo. Además de querer comunicaciones rápidas, los trabajadores más jóvenes aspiran a acelerar su carrera profesional. 

Libertad.

Esta norma de vida se ilustra mediante los teléfonos móviles y los motores de búsqueda; tecnologías que representan, respectivamente, la libertad física y la intelectual. Gracias a un teléfono celular, como es sabido, cualquier persona puede contactar a otra desde casi cualquier lugar. A su vez, por brindar la posibilidad de encontrar información y filtrar una amplia variedad de opiniones, los motores de búsqueda son herramientas ideales para investigar y saciar la curiosidad intelectual. 

Todas las generaciones valoran la libertad. Lo diferente es el grado de libertad con el que han crecido los jóvenes de la Gen-N, tanto en el contexto intelectual como en el geográfico y el temporal. Cuando las actividades laborales requieren que los empleados estén en la oficina de 9:00 a 18:00, la demanda de horarios y ambientes de trabajo flexibles de la Gen-N resulta problemática. Las empresas que no puedan compatibilizar la dicotomía entre libertad y estructura necesitarán otros incentivos para retener a los empleados más jóvenes y de alto potencial.

Apertura.

La posibilidad de compartir archivos mediante Napster y otros servicios similares, además de haber revolucionado la distribución de música, programas de televisión y películas, alentó la apertura entre los miembros de la Gen-N. La necesidad de apertura surgió, también, del acceso a una amplia variedad de herramientas de comunicación. Por lo tanto, es muy importante que los jóvenes entiendan y se sientan entendidos por quienes los emplean, no sólo en su vida laboral sino además en términos de sus redes sociales, hobbies e intereses. 

Autenticidad.

Una de las mejores maneras de entender a la Gen-N es a través del ?blogging?, medio que ejemplifica la autenticidad a la perfección. Los blogs son públicos y privados; a muchos jóvenes no les avergüenza publicar en la Web sus historias personales, ni que las lea cualquiera. En las organizaciones, la autenticidad sirve como una herramienta de diagnóstico; un termómetro constante del lugar del trabajo, que mide la fortaleza y la relevancia de la relación empleado-empleador. Sanjiv detesta los mensajes de email masivos que hacen circular a diario los gerentes de la empresa. En cambio, querría entender qué tipo de personas son, qué los motiva y qué hacen en su tiempo libre. También le gustaría saber en qué se basan para las contrataciones y ascensos, y por qué son tan herméticos sobre el proceso de toma decisiones. 

Definir cómo debería ser un ambiente laboral auténtico es una cuestión subjetiva. Pero, para empezar, los gerentes tendrían que auspiciar un ambiente de confort informal, que invite a la crítica y la acepte.

Diversión.

A menudo, la gente adulta confunde la pasión por los video-juegos con una señal de inmadurez. Si bien es cierto que a los jóvenes de la Gen-N les encanta la diversión, el desafío que representan esos juegos también es importante para ellos, en especial porque satisfacen sus ansias de logros, al igual de lo que ocurriría con la implementación de un proyecto de trabajo complejo. 


Don Tapscott, fundador y presidente de New Paradigm, es un experto en el valor estratégico de la tecnología de la información.
Ha escrito The Digital Economy,Growing Up Digital: The Rise of the Net Generation yThe Naked Corporation, entre otros libros. El más reciente, Wikinomics(2006), se convirtió rápidamente en un best-seller.


miércoles, 22 de octubre de 2014

La Sociedad del Riesgo Global

Ulrich Beck
  
Las pautas colectivas de vida, progreso y controlabilidad, pleno empleo y explotación de la naturaleza típicas de esta primera modernidad han quedado ahora socavadas por 5 procesos interrelacionados: la globalización, individualización, la revolución de géneros, el subempleo y los riesgos globales. El reto de esta segunda modernidad es qué debe hacer frente a todos estos desafíos.
El autor enfatiza que no se trata de posmodernidad, por lo que se debe reformar la sociología para que pueda proporcionar un nuevo marco para la reinvención de la sociedad y la política.
Por una parte, observamos el desarrollo de sociedades multireligiosas, multiétnicas y multiculturales, la multiplicación de soberanías, etc. Pero, por otra parte se observa, la extensión del sector informal de la economía y la flexibilización del trabajo, la desregulación legal de grandes sectores de la economía y de las relaciones laborales, la pérdida de legitimidad del estado, etc. Estos aspectos implican que la sociedad del riesgo global requiera de un nuevo marco de referencia para poder entender la dinámica y las contradicciones de la segunda modernidad (4).
¿Qué significa riesgo? Riesgo es el enfoque moderno de la previsión y control de las consecuencias futuras de la acción humana, las diversas consecuencias no deseadas de la modernización radicalizada. Es un intento de colonizar el futuro.
El concepto de riego y sociedad del riesgo combina lo que en tiempos era mutuamente excluyentes: sociedad y naturaleza, ciencias sociales y ciencias de la materia, construcción discursiva del riesgo y materialidad de amenazas (5).
En la sociedad del riesgo global la política y subpolítica de la definición del riesgo se hace extremadamente importante. Los riesgos se han convertido en una de las principales fuerzas de movilización política, sustituyendo muchas veces, por ejemplo, a las referencias a las desigualdades asociadas a la clase, la raza y el género (6).
En la sociedad del riesgo global, áreas de intervención y acción política que aparentemente carecen de importancia están cobrando extraordinaria relevancia, y cambios “menores” sí inducen transformaciones básicas a largo plazo en el juego de poder de la política del riesgo (7).
La globalidad del riesgo no significa, una igualdad global del riesgo, sino todo lo contrario: la primera ley de los riesgos medioambientales es: la contaminación sigue al pobre (8).
En la sociedad del riesgo financiero global, así como en la sociedad del riesgo global:
  • Existe una interrelación entre dos conflictos, dos lógicas de distribución: la distribución de bienes y la distribución de males;
  • Los fundamentos del “cálculo de riesgo” han sido socavados: no es posible compensar financieramente daños como millones de desempleados y pobres; no tiene sentido asegurarse frente a una recesión global;
  • La “explosividad social” de los riesgos financieros globales se está haciendo real;
  • La institución del estado-nación se colapsa;
  • El riesgo implica siempre el tema de la responsabilidad, y la necesidad de “globalización responsable” se convierte en un tema público y político de alcance mundial;
  • Surgen nuevas opciones: proteccionismo nacional y regional, instituciones transnacionales y democratización.
Este libro se concentra principalmente en los problemas ecológicos y tecnológicos del riesgo y en sus implicaciones sociológicas y políticas. La tesis del autor es que tenemos una “política de la Tierra” que no teníamos hace algunos años y que puede entenderse y organizarse en función de la dinámica y las contradicciones de una sociedad del riesgo global.
Vivimos en una era de riesgo que es global, individualista y más moral de lo que suponemos. La ética de la autorrealización y logro individual es la corriente más poderosa de la sociedad occidental moderna. Elegir, decidir y configurar individuos que aspiran a ser autores de su vida, creadores de su identidad, son las características de nuestra era.(11-13).
¿Somos una sociedad del “primero yo”? Uno podría pensar que sí considerando los tópicos que dominan el debate público: la disolución de la solidaridad, la decadencia de los valores, etc. La sociedad moderna vive de recursos morales que es incapaz de renovar (14).
La modernidad lleva en su seno un manantial de significado que es la libertad política. La modernidad desde ese punto de vista, significa que un mundo de certidumbre está pereciendo, a la vez que es sustituido, por un individualismo legalmente sancionado para todos.
En la primera modernidad, la cuestión de quién y quién no tenía derecho a la libertad se zanjaba recurriendo a aspectos tales como la “naturaleza” del género y la etnicidad; las contradicciones entre afirmaciones universales y realidades particulares eran resueltas mediante una ontología de la diferencia. Por tanto, hasta comienzos de los años setentas, a las mujeres se les negaban derechos civiles (15).
En la segunda modernidad, las declaraciones de la libertad empiezan a convertirse en hechos y a desafiar a las bases de la vida cotidiana, así como a la política global. Siendo hijos de la libertad, vivimos en unas condiciones de democracia radicalizada para las que muchos de los conceptos y fórmulas de la primera modernidad se han hecho inadecuados (16).
El nuevo juego de poder entre actores políticos territorialmente fijos y actores no territoriales es el elemento central expresado en la política de la incertidumbre y el riesgo. V.gr. el capital es global, el trabajo es local. En todo el mundo el trabajo frágil aumenta.
Asimismo, esto se vincula con el fin de la sociedad del trabajo a medida que un número cada vez mayor de seres humanos es sustituido por tecnologías inteligentes. El creciente desempleo ya no puede atribuirse a crisis económicas cíclicas, sino al éxito del capitalismo tecnológicamente avanzado (17). Por consiguiente, cuanto más se “desregulan” y “flexibilizan” las relaciones laborales, tanto más rápidamente se convierte la sociedad del trabajo en un sociedad del riesgo que no es susceptible de cálculo por parte de los individuos o de la política (19).
La globalización implica el debilitamiento de las estructuras estatales, de la autonomía y del poder del estado. La idea de una “responsabilidad global” implica como mínimo la posibilidad de un nuevo humanismo militar occidental: imponer los derechos humanos en todo el mundo. Entre mayor sea el éxito de las políticas neoliberales en el nivel global, es más probable que surja una “fachada cosmopolita” para legitimar la intervención militar occidental. La subordinación de estados débiles a las instituciones de la “gobernación global” crea en realidad el espacio para estrategias de poder disfrazadas de intervención humanitaria (21).
La idea de un Manifiesto Cosmopolita es que existe una nueva dialéctica de cuestiones globales y locales (glocales) que no tienen cabida en la política nacional. Por lo tanto, sólo se pueden debatir y resolver adecuadamente en un marco transnacional, para lo cual se tiene que dar lugar a la fundación de partidos cosmopolitas. Estos representan a los intereses transnacionales de forma transnacional, pero también funcionan dentro de los ámbitos de la política nacional (23).
Compartir riesgos o la “socialización del riesgo”, en opinión del autor, puede convertirse en una poderosa base de comunidad, una base que tiene aspectos territoriales y no territoriales. Hasta ahora el riesgo se ha contemplado como un fenómeno puramente negativo que hay que evitar o minimizar.
Pero también puede considerarse simultáneamente como fenómeno positivo cuando implica el compartir riesgos sin fronteras. Las comunidades posnacionales pueden, construirse y reconstruirse como comunidades de riesgo. El compartir riesgos, implica además la asunción de responsabilidades, lo que a su vez implica convenciones y fronteras en torno a una “comunidad de riesgo” que comparte la carga. En nuestro mundo de alta tecnología muchas comunidades de riesgo son comunidades potencialmente políticas en un nuevo sentido: de que tienen que vivir con los riesgos que aceptan otros. Existe una estructura básica de poder dentro de la sociedad mundial del riesgo, que divide a quienes producen y se benefician de los riesgos y a los muchos que se ven afectados por esos mismos riesgos (25).
Pueden encontrarse modelos de comunidades de riesgos posnacionales, por ejemplo, en los tratados ecológicos regionales, en las comunidades transnacionales, en organizaciones no gubernamentales o en movimientos globales, como las redes ecológicas o feministas.
Estos movimientos forman un “partido mundial” en un triple sentido. En primer lugar, sus valores y objetivos no tienen un fundamento nacional sino cosmopolita: apelan (¡libertad, diversidad, tolerancia!) a valores y tradiciones humanos en toda cultura y religión; se sienten obligados hacia el planeta en su conjunto. Los partidos nacionales, por otra parte, apelan a valores, tradiciones y solidaridades nacionales.
Son partidos mundiales porque sitúan la globalidad en el núcleo de la imaginación, la acción y la organización políticas. Proponen una política de alternativas concretas a las prioridades, firmemente establecidas y guiadas, de la esfera nacional. Proponen a demás, un nuevo concepto, nuevas estructuras, nuevas instituciones políticas que, por primera vez, ofrecen una plataforma para negociar y llevar a la práctica desde abajo las cuestiones transnacionales (26).
Son partidos mundiales en el sentido de que sólo son posibles como partidos multinacionales. Por tanto, tienen que existir movimientos y partidos cosmopolitas de origen francés, chino, etc. Que, al interactuar mutuamente en los diversos ámbitos de la sociedad mundial, luchen por producir valores, reciprocidades e instituciones cosmopolitas. Esto implica el fortalecimiento de las instituciones transnacionales independientes frente a los egoísmos nacionales, pero, sobre todo, la democratización de los regímenes y reguladores transnacionales (27).
2. ¿La sociedad del riesgo global como sociedad cosmopolita? Cuestiones ecológicas en un marco de incertidumbres fabricadas
La propia naturaleza no es naturaleza: es un concepto, una norma, un recuerdo, una utopía, un plan alternativo. La naturaleza está siendo redescubierta, en un momento en el que ya no existe. El movimiento ecologista está reaccionando al estado global de fusión contradictoria de naturaleza y sociedad que ha superado ambos conceptos en una relación de vínculos y perjuicios mutuos de que todavía no tenemos una idea, por no decir un concepto (32).
Pero si la naturaleza “en sí” no puede constituir la referencia analítica para la crisis ecológica y para una crítica del sistema industrial, ¿qué puede desempeñar ese papel? Lo más común es la ciencia de la naturaleza. Se supone que las fórmulas técnicas son decisivas para calibrar si el daño y la destrucción son tolerables. Este enfoque tiene tres inconvenientes. En primer lugar, conduce directamente a la “ecocracia”, que difiere de la tecnocracia en su mayor extensión de poder (gestión global), coronada por una buena conciencia característica.
En segundo lugar, ignora la importancia de las percepciones culturales y del conflicto y diálogo intercultural (33).
En tercer lugar, los enfoques de la ciencia natural de las cuestiones ecológicas implican una vez más modelos culturales ocultos de la naturaleza (por ejemplo, el modelo característico de los sistemas científicos, que difiere del modelo anterior de conservación natural).
Todo el mundo tiene que pensar en los conceptos de la ciencia natural simplemente para percibir el mundo como ecológicamente amenazado. La conciencia ecológica cotidiana es, por tanto, el reverso exacto de cierta conciencia “natural”, es una visión totalmente científica del mundo, en la que fórmulas químicas determinan el comportamiento cotidiano.
Podría parecer que los peligros no existen “en sí mismos”, con independencia de nuestras percepciones. Sólo se convierten en una cuestión política cuando la gente es, en general, consciente de ellos; son constructos sociales que se definen, ocultan o dramatizan estratégicamente en la esfera pública con la ayuda de material científico suministrado a tal efecto. Douglas y su coautor sostienen que no hay ninguna diferencia sustantiva entre los peligros que se planteaban en la historia temprana y los de la civilización desarrollada, excepto en el modo de la percepción cultural y en el modo en el que ésta se ha organizado en una sociedad mundial (34-35).
El debate realismo-constructivismo
Es aquí donde empieza la teoría de la sociedad del riesgo global. La justificación a este concepto tiene dos posibles respuestas: una realista y otra constructivista. En la perspectiva realista, las consecuencias y peligros de la producción industrial desarrollada ahora “son” globales. Este “son” se apoya en hallazgos científicos y en los debates de la destrucción en curso; el desarrollo de fuerzas productivas esta entretejido con el desarrollo de fuerzas destructivas y, en conjunto, ambas generan la novedosa dinámica de conflicto de una sociedad del riesgo global. El envenenamiento del aire, el agua, el suelo, las plantas y los alimentos “no sabe de fronteras”.
En esta perspectiva “realista”, hablar de la sociedad del riesgo global refleja la forzosa socialización global debida a los peligros producidos por la civilización (35-36).
Desde la perspectiva social-constructivista, por tanto, el hablar de una “sociedad del riesgo global” no se basa en una globalidad (científicamente diagnosticada) de los problemas, sino en “coalisiones de discurso” transnacionales, que plantean dentro del espacio público las cuestiones de una agenda medioambiental global (38).
Podríamos decir que el realismo concibe la problemática ecológica como “cerrada”, en tanto que el constructivismo mantiene en principio su apertura. Para uno, son los peligros (los escenarios de desastre total) de la sociedad del riesgo global los que constituyen el centro principal de atención; para el otro, son las oportunidades, los contextos en los que actúan los actores (40).
¿Cómo se construyen socialmente –y reconstruye sociológicamente- la distinción naturaleza-sociedad?
Los significados y dimensiones del tiempo “natural” y “social” vinculan las perspectivas realista y constructivista de forma sumamente reflexiva.
Partiendo de la teoría del capitalismo tardío, algunos autores que trabajan en la investigación teórica y empírica en el campo de la ecología social han identificado lo que denominan una crisis social en la relación con la naturaleza (44).
Por tanto, el enfoque socioecológico trata de resolver el dilema del naturalismo o sociocentrismo mediante la interacción de diferentes formas de ciencia y conocimiento.
Los rasgos distintivos de este enfoque son, en primer lugar, que, entre un determinado número  de relaciones naturales diferentes, cada una de ellas se capte como un campo específico por el que combatir; en segundo lugar, que su manipulación científica se vincule a la demanda de una nueva interdisciplinaridad, una nueva relación entre las ciencias naturales y sociales; en tercer lugar, que la pluralidad esté integrada en un modelo explicativo general de la sociedad, un modelo de <núcleo transformacional y envoltura cultural> (scharping y GÖrg 1994, p. 90; véase también a Becker, 1990) (45).
Riesgos inasegurables
La naturaleza y la destrucción de la naturaleza son producidas institucionalmente y definidas dentro de la naturaleza interiorizada industrialmente. Su contenido esencial se correlaciona con la capacidad institucional de actuar y modelar (48).
La teoría de la sociedad del riesgo global traduce la pregunta por la destrucción de la naturaleza en otra pregunta. ¿Cómo aborda la sociedad moderna las incertidumbres fabricadas autogeneradas? Lo esencial de esta fórmula es distinguir entre los riesgos que dependen de decisiones, y que en principio pueden controlarse, y peligros que han escapado o neutralizado los requisitos de control de las sociedad industrial (49).
En otras palabras, existen pesimistas tecnológicos, dignos de todo crédito, que no están de acuerdo con el juicio de los técnicos y las autoridades relevantes respecto al carácter inofensivo de sus productos o tecnologías. Estos pesimistas son los agentes de seguros y las compañías de seguros, cuyo realismo económico les impide tener relación alguna con un supuesto “riesgo cero”. La sociedad del riesgo global, pues, avanza haciendo equilibrios más allá de los límites de la asegurabilidad (49).
En la sociedad del riesgo global, los proyectos industriales se convierten en una empresa política, en el sentido de que las grandes inversiones presuponen un consenso a largo plazo. Tal consenso, sin embargo, ya no está garantizado –sino más bien amenazado- por las antiguas rutinas de la simple modernización. Lo que anteriormente podía negociarse e implementarse a puerta cerrada, mediante la fuerza de las limitaciones prácticas (...) queda ahora potencialmente expuesto a la crítica pública.
La industria, indudablemente, aumenta la productividad, pero al mismo tiempo corre el riesgo de perder legitimidad. El orden legal ya no garantiza la paz social porque generaliza y legitima las amenazas a la vida... y también a la política (53).
Una tipología de las amenazas globales
En las aplicaciones de esta teoría pueden distinguirse tres tipos de amenazas globales.
En primer lugar, existe conflictos sobre qué puede denominarse “males”: es decir, destrucción ecológica y peligro tecnológico-industriales motivados por la riqueza, tales como el agujero de la capa de ozono.
Una segunda categoría, comprende los riesgos que están directamente relacionados con la pobreza. Existe una estrecha vinculación entre la pobreza y la destrucción ambiental (54).
La tercera amenaza, sin embargo, la procedente de las armas de destrucción masiva NBC (nucleares, biológicas, químicas), se despliega de hecho en la situación excepcional de guerra (55).
Estas diversas amenazas globales muy bien pueden complementarse y acentuarse mutuamente: es decir, será necesario considerar la interacción entre la destrucción ecológica, las guerras y las consecuencias de la modernización incompleta. De este modo, la destrucción ecológica puede promover la guerra, bien sea en forma de conflicto armado por recursos vitalmente necesarios, como el agua, o porque los  ecofundamentalistas de Occidente exijan el uso de la fuerza militar para detener una destrucción que ya se está producción ( como la de los bosques tropicales. Es fácil imaginar que un país que vive en creciente pobreza explotará el entorno hasta agotarlo (56).
La aparición de una opinión pública mundial y de una subpolítica global
El concepto de “subpolítica” se refiere a la política al margen y más allá de las instituciones representativas del sistema político de los estados-nación. Centra la atención en los signos de una autoorganización (en la última instancia global) de la política que tiende a poner en movimiento todas las áreas de la sociedad. La subpolítica quiere decir política “directa” –es decir, la participación individual en las decisiones políticas, sorteando las instituciones de la formación representativa de la opinión (partidos políticos, parlamento) y muchas veces en carencia incluso de protección jurídica. En otras palabras, subpolítica quiere decir configurar la sociedad desde abajo..... De forma crucial, sin embargo, la subpolítica libera a la política al modificar las normas y límites de lo político, de forma que se hace más abierta y susceptible de nuevos vínculos, así como capaz de negociarse y reconfigurarse (61-62).
Lo que puso de rodilla a la multinacional petrolífera no fue Greenpeace, sino un boicoteo público masivo, reunido gracias a declaraciones de condena televisadas en todo el mundo. No es greenpeace por sí sola la que sacude al sistema político; lo que hace es poner de manifiesto un vacío de poder y de legitimidad que tiene mucho paralelismo con lo que ocurrió con la RDA (63).
Por tanto, la lección es: no hay soluciones de expertos en el discurso sobre el riesgo, porque los expertos sólo pueden aportar información fáctica, y nunca serán capaces de evaluar qué soluciones son culturalmente aceptables (67).
¿Pero cuáles son los lugares, los instrumentos y los medios de esta política directa de “ciudadanía tecnológica global”? El lugar político de la sociedad del riesgo global no es la calle sino la televisión. Su sujeto político no es la clase trabajadora y su organización, ni el sindicato. En vez de esto, los símbolos culturales se escenifican en los medios de comunicación de masas, donde puede descargarse la mala conciencia acumulada de los actores y de los consumidores de la sociedad industrial (69).
Los de Greenpeace son profesionales de los medios de comunicación multinacionales; saben cómo hay que presentar los casos en los que las normas de seguridad e inspección se promulgan y violan de forma contradictoria para que los grandes y poderosos tropiecen directamente con ellos y se retuerzan telegénicamente para el disfrute del público mundial (71).
3. De la sociedad industrial a la sociedad del riesgo: cuestiones de supervivencia, estructura social e ilustración ecológica
Ciertamente, a los seres humanos nos está negada la seguridad definitiva. ¿Pero no es también cierto que los “riesgos residuales” inevitables son el reverso de las oportunidades que la sociedad industrial desarrollada ofrece a la mayoría de sus miembros en un grado que carece de paralelos históricos? (77).
El cálculo del riesgo: seguridad predecible frente a un futuro abierto
Los dramas humanos –las plagas, enfermedades y desastres de las modernas megatecnologías. Difieren esencialmente de los “riesgos” en el sentido que yo les doy en que no se basan en decisiones o, más específicamente, en decisiones que se centran en las ventajas y oportunidades tecnoeconómicas y aceptan los peligros como el simple lado oscuro del progreso. Ése es el primer punto que resalto: los riesgos presumen decisiones y consideraciones de utilidad industrial... Difieren de los “daños de la guerra” por su “nacimiento normal” o, ... por su origen pacífico en los centros de racionalidad y prosperidad con la bendición de los garantes de la ley y el orden.
Esto tiene una consecuencia fundamental: los peligros preindustriales, no importa cuán grandes y desbastadores, eran “golpes del destino” que se descargaban sobre la humanidad desde “fuera” y que eran atribuibles a un “otro”: dioses, demonios o naturaleza. También aquí había innumerables acusaciones, pero se dirigían contra los dioses o contra Dios, tenían una “motivación religiosa”, por expresarlo de forma simple, y carecían de carga política, al contrario de lo que ocurre con los riesgos industriales. Pero al originarse los riesgos industriales en el proceso de toma de decisiones se plantea de forma irrevocable el problema de la exigencia de responsabilidades (accountability) sociales, incluso en aquellos ámbitos en los que las normas dominantes de la ciencia y del derecho sólo admiten en casos excepcionales tal exigencia de responsabilidades. La gente, las empresas y los políticos son responsables de los riesgos industriales (78-79).
El cálculo de los riesgos vincula las ciencias físicas, la ingeniería y las ciencias sociales. Puede aplicarse a fenómenos totalmente dispares, no sólo en la gestión de la salud sino de también a los riesgos económicos, de vejez, del empleo y del subempleo, etc. Además, permite un tipo de “moralización tecnológica” que ya no tiene que aplicar directamente imperativos morales y éticos (80).
El cálculo de los riesgos, la protección por las leyes de responsabilidad del seguro prometen lo imposible: sucesos futuros que todavía no se han producido se convierten en objeto de acciones actuales: prevención, indemnización y anticipación de medidas paliativas. Como muestra el sociólogo francés Francois Ewald (1986) en estudios detallados, la “invención “ del cálculo de riesgos estriba en hacer calculable lo incalculable con ayuda de estadísticas de siniestralidad y mediante fórmulas de compensación generalizables, así como mediante el principio de intercambio generalizado de “dinero por daños”. De este modo, un sistema normativo de reglas de responsabilidad social, indemnización y precauciones, cuyos detalles siempre son muy controvertidos, crea seguridad en el momento presente frente a un futuro incierto y abierto (81).
En último término, no hay ninguna institución, ni concreta ni, tampoco concebible, que esté preparada para el “peor accidente imaginable”, como tampoco existe ningún orden social que pueda garantizar su constitución social y política en este peor caso posible. Sin embargo, existen muchos especialistas en la única posibilidad que queda: negar los peligros... Por consiguiente, la estabilidad política en las sociedades del riesgo es la estabilidad de no pensar las cosas (83-84).
El papel de la tecnología y de las ciencias naturales en la sociedad del riesgo
Una idea inicial es básica: en cuestión de peligros, nadie es un experto... y sobre todo no lo son los expertos. Las predicciones de riesgos contienen una doble ambigüedad. En primer lugar, presuponen la aceptación cultura, no pueden producirla. No existe puente científico alguno entre la destrucción y la protesta o entre la destrucción y la aceptación. Los riesgos aceptables son, en definitiva, los riesgos que se han aceptado. En segundo lugar, el nuevo conocimiento puede convertir la normalidad en peligro de la noche a la mañana. La energía nuclear y el agujero de la capa de ozono son ejemplos destacados. Por tanto, el avance de la ciencia refuta sus proclamas de seguridad originales. Son los éxitos de la ciencia los que ponen de manifiesto las dudas respecto a sus predicciones de riesgos (91-92).
El poder de las ciencias “duras” descansa aquí en un simple constructo social. Se les confía la autoridad vinculante ... de decidir, sobre la base de sus propios estándares, qué exige el “estado de la tecnología”. Pero como esta cláusula general constituye el estándar legal de seguridad, organizaciones y comités privados... deciden en Alemania respecto a las dosis de peligros a los que es posible someter a cualquiera (92).
Este monopolio de los científicos e ingenieros en el diagnóstico de los peligros, sin embargo, está siendo puesto en tela de juicio por la “crisis de realidad” de las ciencias naturales y de la ingeniería en su trato con los detalles de los peligros que producen. Esto no ha ocurrido únicamente después de Chernobil, pero sí fue entonces cuando se hizo evidente por primera vez para un público amplio: la seguridad y la seguridad probable, aparentemente tan cercanas, son mundos distintos. Las ciencias de la ingeniería pueden determinar únicamente la seguridad probable. Por tanto, incluso aunque mañana vuelen  dos o tres reactores nucleares, sus enunciados seguirán siendo válidos (93-94).
El conflicto ecológico en la sociedad
El hecho de que la sociedad del riesgo no suponga un mero desafío técnico plantea la siguiente pregunta: ¿qué dinámica política, qué estructura social, qué escenarios de conflicto surgen de la legalización y normalización de las amenazas sistemáticas incontrolables? Para reducir las cosas a una fórmula cuya tosquedad admitimos: el hambre es jerárquica. Incluso después de la Segunda Guerra Mundial no todo el mundo pasó hambre. La contaminación nuclear, sin embargo, es igualitaria y, en ese sentido, “democrática”. Los nitratos en el agua continental no se detienen en el grifo del director general (96).
Puede ocurrir que en temporal de la amenaza “todos estemos en el mismo barco”, como dice el tópico. Pero, como tantas veces ocurre, también aquí hay capitanes, pasajeros, etc. en el agua. En otras palabras, hay países, sectores y empresas que se benefician de la producción de riesgo, y otros que se encuentran amenazados su existencia económica y su bienestar físico (97).
Las “amenazas a la naturaleza” no son simplemente eso; señalarlas también significa amenazar la propiedad, el capital, el empleo, el poder sindical, el fundamento económico de sectores y regiones enteras y la estructura de los estados-nación y los mercados globales. Por tanto, existen “efectos colaterales” de la naturaleza y “efectos colaterales de los efectos colaterales” dentro de las instituciones fundamentales de la primera modernidad (99).

Expresándolo de forma un tanto cruda, podría afirmarse como conclusión que lo que para la industria contaminante es el “medio ambiente”, para las regiones y sectores perdedores afectados constituye la base de su existencia económica. La consecuencia es que los sistemas políticos, en su arquitectura de estados-nación, por una parte, y las posiciones de conflicto ecológico a gran escala, por otra, se hacen mutuamente autónomos y originan desplazamientos “geopolíticos” que someten a la estructura interna e internacional de los bloques económicos y militares a tensiones enteramente nuevas, aunque también ofrecen oportunidades nuevas. La etapa de la política de la sociedad del riesgo, que empieza a escucharse hoy en el ámbito del desarme y la distensión en las relaciones entre Oriente y Occidente, ya no puede entenderse en el nivel nacional, sino sólo en el internacional, porque los mecanismos sociales de las situaciones de riesgo no tienen en cuenta al estado-nación y sus sistemas de alianzas (102).